domingo, 28 de agosto de 2011

Terapia de choque

- ¿Vas a decirme qué es lo que deseas?
- No lo sé.
- ¿No? ¿No lo sabes?
- ¿Qué desea usted?
- ¿Lo dices en serio? Te deseo a ti. Te deseé desde el primer momento en que te vi. Eras la cosa más bonita que había visto nunca.
- ¿No cree que soy vulgar?
- No podrías serlo aunque lo intentases.
- Gracias. Creo que no hay nada peor que ser vulgar.


Esa obsesión intermitente por huir de la mediocridad le lleva en ocasiones a cometer estupideces. Adoptando una licencia poética o llámaloequis proclama que querer no es poder, sino que poder es querer. De esta manera se encadena, sin darse cuenta, a la necesidad de autoconvencerse y repetir una y otra vez: si no soy capaz, no lo deseo. Pero por mucho que así nos lo vendan, no siempre existe opción, ni camino, ni comodín. Por ello entre sus nuevos planes inmediatos se encuentra reorganizar el cosmos y cambiar de mantra.


No hay comentarios: