jueves, 28 de julio de 2011

Avanti

Dicen que tiene un caminar extraño y no les falta razón.
Pasos de hormiga pero firmes, sin titubeos, que dejan huellas de elefante.

martes, 26 de julio de 2011

A lágrima muerta, lágrima puesta

Él tenía miedo de que los demás le vieran llorar. No era por sentirse débil. Lo consideraba su seña de identidad y bajo ningún concepto quería que nadie se la arrebatara. Tan cierto es el afán de los hijos únicos por la propiedad privada... Pero con el transcurso del tiempo, rió tanto y con tal intensidad que se preguntó si realmente las lágrimas podían definirle con exactitud, o simplemente se trataban de un accesorio insustancial. Por esa razón no le intranquilizó la posibilidad de derramarlas frente a cualquier extraño. Irónicamente, desde entonces no ha sentido la necesidad de llorar ante nadie.


domingo, 24 de julio de 2011

Niña maceta

No se le daba nada bien cuidar de las plantas. Se le marchitaban todas las flores que me iba a regalar por mi cumpleaños, y recuerdo que la odié por ello. Desde luego, lo suyo no era la botánica, pero yo no podía evitar quererle así. Supongo que se trata de eso, de compensarse, a fin de cuentas, ella es un desastre para la jardinería y yo estoy como una regadera.

miércoles, 20 de julio de 2011

La caja y el sastre

Durante la breve trayectoria que llevo recorrida hacia eso de ser humano o intentarlo al menos, puedo hacer una afirmación, eso sí, en categoría de borrador, pues ya se sabe que con la experiencia todos tendemos a retractarnos. Las cajas han marcado y marcan mi existencia. Todo lo importante o con mayúsculas se encuentra recogido en una caja. En ocasiones, momentos que necesitan del contacto para ser evocados. Algunas veces, una misma, en una caja pequeñita, reducida a la fuerza por el qué pasará. Otras (y esto ha sido contrastado con las cajas de diversas personas), aquello que está en el limbo entre el no quiero olvidar y el ahora no puedo recordar, la cual debe ser abierta progresivamente para no convertirse en la de Pandora. Y también están mis preferidas, las cajas de regalo, que contienen un trocito del emisor envuelto y decorado para el disfrute del destinatario. Con todo, no puede faltar una pequeña postada, pese a tratarse de una teoría redactada a lápiz. Tal y como sentencia una de mis canciones favoritas, nunca, pero nunca, dejes que nadie te meta en una caja.


martes, 12 de julio de 2011

...miedo de vivir

[...] Se ve que ha cogido una de esas ETM. Sí, ya sabes, enfermedades de transmisión mental. ¿De riesgo? No sé si lo era, pero me he informado y debe ser bastante frecuente en este tipo de personas. No estoy tan segura de que exista profilaxis contra eso. ¿Leer? Ya, claro. A veces puede ser peor. Ya sé que más vale prevenir que curar, pero ahora es lo que necesita. No, no me voy a contagiar, no te preocupes. Te dejo, tengo que hacer nuestra cena.


Es el tiempo del miedo.
Quien no tiene miedo al hambre tiene miedo a la comida.
Miedo a la multitud, miedo a la soledad, miedo a lo que fue y a lo que puede ser, miedo de morir...
(Eduardo Galeano)


sábado, 9 de julio de 2011

Espacio 13

Gran parte de la causa reside en un desconocido. De aquellos que no merece la pena conocer, pero se conocen demasiado pronto. De los que enseñan lecciones erróneas. Tocar. Besar. Sentir. Acariciar. Reír. Abrazar. Alentar. Querer. Noessolosexo.

martes, 5 de julio de 2011

Sorpresa

Se está gestando algo. De nuevo he comenzado a crear; lo cual, basándome en mis últimas lecturas, es un síntoma inequívoco de que vuelvo a creer.


Te daría mis ojos

Son escasas y raras las ocasiones en las que los adeptos del yatelodecíayo desearíamos no tener la razón. Como en la película, lo único que podría hacer es darle mis ojos para que supiera lo que yo veo. Lo que vi, en realidad. Esos ojos que un día fueron los suyos, pues ella también estuvo en el papel de espectador, como yo me encuentro ahora. Por eso no quiero intercambios, por eso quiero equivocarme y que no se reescriba otra versión de la misma historia. Porque están en lo cierto cuando comentan que segundas partes nunca fueron buenas.