· Crónicas Ciclotímicas ·
jueves, 23 de junio de 2011
Mío
Desde que era chiquitita le enseñaron que la ambición sin medida desgasta el deseo y vuelve opaca a la ilusión; así que cuando se hizo grande decidió conformarse con los cinco de serie y abandonar poco a poco el sentido del ridículo.
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